
Ernesto Sábato, Sobre Héroes y Tumbas
Se acaba un ciclo, solamente para dejar paso a otro. Como a Lavalle, sólo se nos recordará por lo que cuenten de nosotros, más que por lo que en realidad seamos. Eso, es cosa nuestra. La vida sigue y pronto el polvo que levantamos en nuestra huida y que tejió una cortina que difuminó nuestra silueta, volverá a la tierra de donde despegó. Dejaremos de estar, para pasar a ser. El recuerdo marcará nuestro futuro allá por donde hayamos pasado.
La letanía de nuestro galope debiera certificar ante los incrédulos que seguimos buscando nuestros sueños, que seguimos persiguiendo nuestros ideales por mucho que estos siempre corran más veloces que nuestro caballo. Lo importante no es llegar sino el camino, dicen. El juego de la zanahoria y el palo es el preferido de Utopía. Lugares comunes que hacen referencia a la necesidad de avanzar, de fluir, de cambiar. Y es que, nuestra existencia es mucho anterior a nuestra esencia, la precede, por lo que no caben excusas. Existir es cambiar y arriesgar. En palabras de Sartre, “el ser humano está condenado a ser libre, es decir, arrojado a la acción –y responsable plenamente de la misma, y sin excusas-“.
Asumiendo que nuestra partida pueda convertirnos en fantasmas para los que se quedan, ya tenemos hecho la mitad del trabajo. Asumido esto, cargadas las alforjas y avituallados con recuerdos e ilusiones ya podemos emprender la marcha. En mi zurrón, la sonrisa de cada uno de vosotros, vuestros consejos y lo mejor que me habéis podido dar: vuestra amistad. Pondré el zurrón a buen recaudo para abrirlo sólo cuando necesite volver a sentir que no hace mucho que estuve, pero que pasé a ser recuerdo. Como a la Legión fantasma de Lavalle, recordadme con mi uniforme y con mi sable de caballería, erguido sobre mi caballo blanco. Sólo yo sé que mi cotona raída es la única prenda que cubre mi cuerpo maltrecho, aun tembloroso ante lo desconocido de mi andanza. Que seáis mi viejo indio, que yo os prometo regresar, para volver a estar…y dejar de ser recuerdo.
Hasta siempre.
La letanía de nuestro galope debiera certificar ante los incrédulos que seguimos buscando nuestros sueños, que seguimos persiguiendo nuestros ideales por mucho que estos siempre corran más veloces que nuestro caballo. Lo importante no es llegar sino el camino, dicen. El juego de la zanahoria y el palo es el preferido de Utopía. Lugares comunes que hacen referencia a la necesidad de avanzar, de fluir, de cambiar. Y es que, nuestra existencia es mucho anterior a nuestra esencia, la precede, por lo que no caben excusas. Existir es cambiar y arriesgar. En palabras de Sartre, “el ser humano está condenado a ser libre, es decir, arrojado a la acción –y responsable plenamente de la misma, y sin excusas-“.
Asumiendo que nuestra partida pueda convertirnos en fantasmas para los que se quedan, ya tenemos hecho la mitad del trabajo. Asumido esto, cargadas las alforjas y avituallados con recuerdos e ilusiones ya podemos emprender la marcha. En mi zurrón, la sonrisa de cada uno de vosotros, vuestros consejos y lo mejor que me habéis podido dar: vuestra amistad. Pondré el zurrón a buen recaudo para abrirlo sólo cuando necesite volver a sentir que no hace mucho que estuve, pero que pasé a ser recuerdo. Como a la Legión fantasma de Lavalle, recordadme con mi uniforme y con mi sable de caballería, erguido sobre mi caballo blanco. Sólo yo sé que mi cotona raída es la única prenda que cubre mi cuerpo maltrecho, aun tembloroso ante lo desconocido de mi andanza. Que seáis mi viejo indio, que yo os prometo regresar, para volver a estar…y dejar de ser recuerdo.
Hasta siempre.
2 comments: on "Hasta pronto..."
joder...brutal, molt macu. La única cosa q no m'agrada és el comiat: hasta siempre???!!!! i una meeerda!
Jo no vull q siguis, d'aquests caballers ja n'hi han masses trol, jo vull que estiguis així que torna al cap d'un any (o abans) amb mil històries per explicar-me al balconet, amb una birreta fresca tú i un vodka amb taronja (o llet amb gelatina de maduixa, galetes i gel, tant és) jo. :)
Que cabron tu quieres que gastemos todas las lagrimas ahora para que no nos queden para la despedida eh ;)
El tema de que huella deja uno en el entorno que le rodea una vez lo abandona es muy interesante, y también muy sugestivo para fantasear sobre el, yo siempre me he preguntado como seria este lugar después de una ausencia "prolongada", y si realmente me gustaría reencontrar lo que en el deje en su día, o redescubrirlo partiendo de cero, ya se lo ideal seria combinar las dos cosas, pero yo soy del todo o nada ;) jejejej
Publicar un comentario