Fin de la Segunda ParteCampeonato Africano de Naciones - Angola 2010 : PANTA REI

14 diciembre 2009

Fin de la Segunda Parte




Noite de Amor

Satânico é meu pensamento a teu respeito.
E ardente é meu desejo de apertar-te em minhas mãos, numa sede de
vingança incontestável pelo que fizeste ontem.

A noite era quente e calma, e eu estava em minha cama quando,
sorrateiramente, te aproximaste.

Encostaste teu corpo sem roupa no meu corpo nu, sem o mínimo pudor.

Percebendo minha aparente indiferença, aconchegaste-te a mim e
mordeste-me sem escrúpulos, até nos mínimos lugares.

Eu adormeci. Hoje, quando acordei, procurei-te numa ânsia ardente.

Mas em vão. Deixaste no meu corpo e no lençol provas irrefutáveis do
que entre nós ocorreu durante a noite.
Esta noite recolho-me mais cedo para, na mesma cama, te esperar.
Quando chegares, quero agarrar-te com avidez.
Quero apertar-te com todas as forças de minhas mãos.
Não haverá parte do teu corpo em que meus dedos não passarão.
Só descansarei quando vir sair sangue quente do teu corpo.
Só assim, livrar-me-ei de ti...

Mosquito filho da puta.....!!

Jorge Guimarães

Hasta pronto familia...

¡¡Hasta nunca, mosquitos hijos de puta!!! ¡¡Id con vuestras trompas a pegarle la malaria a otro!! :)


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21 noviembre 2009

Campeonato Africano de Naciones - Angola 2010

Angola lleva dos años preparándose para albergar el Campeonato Africano de Naciones de fútbol –CAN- el próximo mes de enero de 2010.

El último año ha sido una verdadera contrarreloj para concluir con los preparativos necesarios. El bombardeo mediático ha sido casi extenuante, desde el “faltan 365 días para el CAN, el CAN de todos los angolanos”, hasta el “faltan treinta días para el CAN” que voy a oír el día en que esté volviendo para mi Barcelona querida. Las llamadas al patriotismo a los angoleños han sido la tónica de este año. Tras la exitosa organización del Afrobasket primero y del campeonato africano de balonmano después, Angola continua mostrando su nueva cara al resto de África y del mundo con una nueva cita deportiva. La diferencia es que, esta vez, no se trata de construir cuatro pabellones deportivos de nada, sino cuatro nuevos grandes y modernos estadios junto con todas las infraestructuras complementarias que, en el caso de Angola, se trata de casi todas las básicas: red de telecomunicaciones, vías de acceso a los estadios, aeropuertos, hoteles, iluminación pública, rehabilitación de edificios destruidos tras 30 años de degracación, etc. No obstante, se trata de las necesidades básicas para albergar a los turistas, periodistas extranjeros y delegaciones africanas y no del pueblo angoleño, pues frente al nuevo estadio de Lubango continúan las barriadas sin luz, sin agua, sin saneamiento y sin calles asfaltadas.

Las expectativas del gobierno angoleño parecen estar a todas luces muy por encima de la realidad. Cuatro nuevos estadios se han erigido en menos de un año. Sin embargo, a dos meses de la gran cita, ninguno de ellos está acabado en su totalidad. Los chinos trabajan día y noche, siete días a la semana para entregar las obras a finales de año. La aberración que supone el contraste entre estas nuevas construcciones y la pobreza de los barrios que los rodea es sólo una muestra de lo absurdo de este evento. Lo mismo acontece con los nueve hoteles de nueva construcción que están siendo levantados en Lubango. Sinceramente, dudo mucho que lleguen tantos turistas como para poder ocupar todas las habitaciones…aunque, como ninguno de estos nueve aun no ha sido acabado (y dudo mucho que más de dos lleguen a acabarse de aquí a enero), pues puede ser que sí que haya un pleno.

El lavado de cara que está sufriendo el país no deja de ser eso, un simple y vulgar lavado de cara, pues las necesidades básicas continúan sin cubrirse. Un ejemplo de ello es la instalación de la fibra óptica en toda la ciudad y su llegada a algunas poblaciones mucho antes que la propia luz para hacer funcionar los servidores. Pero lo más divertido no es la propia fibra óptica sino su forma de instalación. Si uno ya tiene que tener cuidado al caminar por las aceras para no caer en un agujero o torcerse un tobillo con los cientos de piedras que pueblan las calles de Lubango, ahora el ciudadano tiene un añadido para su diversión, las numerosas zanjas sin cubrir que recorren de arriba abajo las calles de la ciudad, pues parece que el plan para instalar la fibra no contempla el reasfaltado de calles ni el empedrado de aceras. En definitiva, lo que los periodistas podrán gozar durante quince días, los ciudadanos deberán sufrirlo hasta sabe Dios cuándo.

Otros maravillosos ejemplos de las acciones ad hoc que se están llevando a cabo en el país son la nueva línea telefónica puesta a disposición de los ciudadanos para poder denunciar abusos contra menores…disponible sólo durante el período del CAN; el envío de una cincuentena de médicos a Alemania, España y Portugal para su formación en, atención, medidas preventivas y de emergencia para el período del CAN 2010. En fin, que pobre del niño que esté llevando palos en este momento, o que se los lleve en febrero del año que viene, y pobre del enfermo que se muere por un mal tratamiento médico hoy. Pobre y tonto, pues ya podía esperar hasta enero y disfrutar de las ventajas que el CAN le ofrece al angoleño. La absurdidad puede consultarse en la página oficial del COCAN 2010.

En el apartado de salud de la página oficial, destacan dos disparates de órdago. El primero dice así: as Instituições Nacionais de Assistência Médica assegurando serviços imediatos e de contingência (p.e. Cruz Vermelha, Médicos Sem Fronteiras e outras); ¿Desde cuándo MSF es considerada una institución médica angoleña? Además, ni siquiera trabajan en Angola, pues cerraron su misión hace ya algunos años, tras dar por terminado el período de emergencia humanitaria. Increíblemente, MSF es incluido en el cuadro del CAN. Ver para creer. La otra gran barbaridad (simplemente por su carácter temporal y específicamente enfocado para la denominada "familia del futbol") es esa que dice así: as empresas SOS e MRI, que detém no total de 6 aviões a jacto, ambulâncias aéreas, estarão disponíveis para o transporte de traumatizados, a partir de qualquer das cidades anfitriãs, para Luanda e ou para Joanesburgo em três horas; así, mientras que en Angola lo normal es que te diagnostiquen una malaria, tengas ya SIDA como fiebre tifoidea, como un simple constipado o una incómoda diarrea, y puedas morir durante el parto por una leve hemorragia mal cortada o una infección, durante quince días el angoleño podrá contar con, atención, seis jets-ambulancia privados para su evacuación a Sudáfrica.

Paciencia, pues a pesar de que pueda parecer una espléndida y lógica organización no pasa de ser una simple broma de mal gusto. Y es que todos esos mecanismos de contingencia parecen enfocados al personal extranjero y a la denominada "familia del fútbol", o lo que es lo mismo a cuatro gatos venidos del extranjero a asistir y participar en el CAN. Simple fachada. El angoleño de a pie continuará teniendo que pagar "gasosa" al guarda del Hospital Central para poder entrar y tener el derecho de guardar cola durante cuatro horas para recibir consulta. Y encima, durante esos quince días, quién sabe en cuánto se convertirán esas cuatro horas de espera, pues todos los recursos estarán concentrados en “la familia del fútbol”. El esperpento aquí es intentar aparentar una situación de normalidad en un contexto en el que la anormalidad campa a sus anchas. Aquí todo es aleatorio, un día todo puede funcionar y al siguiente nada sale como debería, aun habiendo seguido exactamente los mismos pasos que el día anterior.

El CAN 2010, además de estos y otros tantos disparates ha traído hasta mí una lucha sin tregua contra la manada de chinos que trabajan día y noche en el hotel que tengo en frente de casa. Tras un año de ruidos a las dos de la mañana de un lunes, de gritos en pijama desde el medio de la calle a los tipos que descargaban ladrillos a las tres de la mañana de un viernes cualquiera, de excavadoras derribando el muro de tu casa y reventando la puerta de la calle mientras maniobraba para entrar en la obra, de camiones bloqueando la salida de tu coche, etc. Un año viendo cómo crecía un monstruo de seis pisos en un calle con casas de no más de dos: el Hotel Lubango, otra oferta de los anfitriones para los miles de turistas que se espera que lleguen a la ciudad. Mi tristeza aumenta cuanto, tras toda esa lucha en defensa de mi descanso, más aumentan mis dudas sobre si este hotel estará listo para la fecha marcada. Tanta molestia para nada.

En fin, qué le vamos a hacer. La oportunidad para la mejora de la vida de los angoleños se desvanece una vez más, junto con los miles de millones invertidos en la preparación de esta gran cita. Lo que quede después de enero, poco le servirá a la gran mayoría del pueblo. En una ciudad con tan sólo dos equipos de futbol en la liga nacional, ¿quién va a utilizar un estadio con capacidad para 20.000 personas que está a las afueras de la ciudad, sin medios de transporte que lleguen hasta allí y con un coste de mantenimiento elevadísimo? Y aun más, ¿quién va a proveer la energía para todas estas nuevas instalaciones (hoteles, estadios, etc.) en una ciudad que vive gracias los generadores, que en la mejor época del año llegan a suministrar tan sólo quince horas de energía por día? Es como intentar usar maquillaje para disimular el yeso de un brazo roto. El lavado de cara de Lubango es tan absurdo y tan espectacularmente insuficiente para una ciudad con carencias de tamaña envergadura que uno no puede sino pensar en qué va a pasar el uno de febrero de 2010, una vez los millones de las inversiones se hayan evaporado y la fiebre del fútbol haya desaparecido.

Nota del autor: que nadie se lleve a engaño con la foto del cartel del Hotel Lubango, pues el idílico diseño final de esta obra, así como la de su entorno, no existe más que en la cabeza del arquitecto portugués que le vendió su proyecto al gobierno angoleño sin llegar a salir de su bufete en Lisboa. Aun hoy ningún vecino tenemos ni idea de dónde salieron esas palmera centenarias, ni ese autobús rojo, ni esa calle asfaltada y esos jardines de Babilonia desde los que contemplar la puesta de sol ( esa misma puesta que por desgracia ha sido eclipsada por la nueva sombra que proyecta el hotel sobre la ventana de mi casa) y a los niños jugar en la calle mientras estudiamos la cartelera para decidir si vamos al cine, a la ópera o al teatro. Por cierto, esos chinos voyeurs viven asomados a los andamios piropeando (o eso creo, pues los piropos son proferidos en su lengua) a las mozas que pasean por la calle.
Si es que "xaxo", el ramo de la construcción está "mu" mal hoy día, pero que "mu" mal. Si yo te contara, durante mi época de encofrador... Aquello "xaxo", aquello sí que era vida: "pofesionalidad" y compañerismo. Nada de estos africanos que vienen ahora sin compromiso y sin "na de na". Si yo te contara "xaxo", cuánto fardaba yo con mi Renault Megane con aquellas llantas. Sí "xaxo", aquellas me las compré yo con mi primer encofrado, mis primeros mil napos, "pa" allá fueron "xaxo". Ahhhh, qué buena época aquella, y mira tú ahora "xaxo", mira esos xinos "to" o día asomados en el andamio y profanando una religión como la de piropear a las mozas. Porque sí "xaxo", sí, porque aquello "e" uma religión, ni un arte ni un don "xaxo", que eso son "to" estupideces. Porque en el piropo, en eso "xaxo", en eso uno cree a ojos cerrados, uno entrega su ser al piropo. Pero recoge la fiambrera "xaxo", que eso "e" otra historia y la sirena ya tocó. Vuelta al tajo.

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